domingo, 25 de noviembre de 2012 0 comentarios

¡Oh pueblo!




Oh pueblo estúpido que lloras por la pérdida de tierra, mas no por la muerte a diario de quienes se sacrifican por ella, no sabes lo que significa continuar, no sabes lo que es fijar tu mirada hacia el futuro, solo te quedas murmurando de lo que pudo ser.
La vida sin peleas no significa nada para ti, solo la lucha con quien creas opuesto a ti sirve para alimentar tu ego ya de por si vencido de tanta guerras, tantas que tu armadura se ha desgastado, se ha fundido con tu alma, dejándote ciego de ira.
Tengo que advertirte que el camino es duro, por cada enemigo que vences, cien más aparecen en el horizonte, conocen tus debilidades, y saben dónde apuñalar, así que camina rápido que la noche está por llegar.
Creas fronteras sin pensar a quienes apartas con ellas, a quienes separas de sus ilusiones, quizás de pronto lo más interesante no está divido sino unido, fundido como uno solo en la inmensidad que une no solo a naciones, sino a la naturaleza misma…
Pero a los animales no les importa aquellas fronteras impuestas por el hombre esas mismas por las que tanta sangre se ha regado manchando la tierra y volviendo polvo los sueños de toda una civilización, envolviendo a su vez el aire con el hedor de la muerte, de la podredumbre de las conciencias que no saben recordar cuando fue la última vez que sonrieron de felicidad sincera, no por venganza, ni por hipocresía.
Qué pensarían de ti hoy al verte quienes te crearon, forjaron y pusieron a andar, quienes lucharon por tu pensamiento soberano y tu libertad, creo que sus lágrimas serían tan grandes que el mar que hoy pierdes por tu vanidad no bastaría para contenerlas.
No sabes cuánto espero que puedas cambiar, pero muy en mi fondo sé que tal vez eso demore más que cien años, no de soledad, sino de amargura.

Cristian Camilo Colorado




 
;