Cual perro sin dueño deambula tu dignidad entre el viento.
¡Ah! cual graciosa es tu sonrisa, pero que tan peligrosa tu mirada
si tan solo te hubieses contenido, si tan solo no hubieras lanzado una
mirada al abismo,
hoy aun de
seguro estarías aquí, poniéndole el frente a la
batalla.
No te culpo, en mi caso también estaría condenado a la
soledad por una eternidad,
ni la misma fe me salvaría de las
fauces quiméricas que desgarran el alma de todo aquel que ya no es más,
ni por un segundo humano.
Te recuerdo libre, sin rencores, con la cara sucia por el
barro del pueblo,
aun sin mucho, lograste todo, pero da igual, ya que... jugaste y
perdiste, la vida no compadece aquel que arriesga sin motivos todo su capital
por un momento de gloria.
Sería mejor reconocer y agradar a los inocentes, pero que delicia es
aprovecharse de ellos, eso aprendí de ti,
eso demostraste al mundo, nadie excepto yo te extrañara
y pedirá por ti.
pero espantado corre el gato entre la multitud, tu sombra vuelve sobre él,
tu maldad renace entre los payasos y zanqueros, no estas contenta con la tumba,
quieres revivir para un mundo nuevo.
No confió mas en ti, engañas, sufres, callas, tu mirada esta
inyectada de odio ese mismo odio que envuelve y asesina a quien se
lo permite, tu nombre produce los gestos más espantosos en la gente
Y aun así te extraño, aun así te deseo, que
no daría para que esa mirada perdida fuera mía de nuevo...
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